domingo, 30 de marzo de 2014

"Las relaciones exteriores de México" de Raúl Figueroa Esquer

Copio una entrevista imaginaria hecha a un habitante de la Ciudad de México de 1857 así como un cuadro comparativo.

Nos encontramos con don Jaime Tolabá, habitante de la Ciudad de México. Hoy, 23 de febrero de 1857, le hacemos una serie de preguntas dado que nos interesa conocer su opinión.

P: Don Jaime, ¿que significa para usted ser mexicano?
J: No tengo la menor idea. Ser mexicano significa mucho y poco a la vez. Es lucha, sueño, fé... En términos generales, lo mexicano invoca las tres garantías con las que inició esta nación: religión, independencia y unión. Lo único que me queda clar oes que no soy extranjero.
P: En definitiva no es usted extranjero, pero no puedo evitar notar un tono de desprecio mientras dice usted estas palabras. ¿A que responde esto?
J: Señor entrevistador, después de como nos ha tratado el resto del mundo, no podría usted esperar otro tono de voz.
P: ¿A que países se refiere usted?
J: Mi país ha sostenido relaciones conflictivas principalmente con España, Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Todos ellos han intentado aprovecharse de nuestros esfuerzos y recursos de una manera u otra.
P: Son esas, en verdad, declaraciones fuertes. Explíqueme concretamente a que se refiere. He de confesar que de todos sus ejemplos el español es el que más me intriga.
J: Pues mire, todas estas potencias militares nos han acosado de alguna manera y con determinada finalidad. España tardó más de diez años en reconocer nuestra independencia y, por si esto no fuera suficiente, mandó representantes de lo más excéntricos.  Aún recuerdo al ministro Calderón de la Barca, era un gran tipo. Su esposa era todo un personaje y esta relación diplomática fue sumamente útil para lograr un rico intercambio cultiral con los españoles. Sin embargo, personajes oscuros como Bermudez de Castro- que apoyó incluso un golpe de Estado- nos recuerdan que España nunca aceptó la perdida de este territorio.
P: ¿Qué hay de los países anglosajones?
J: Ahhhh los casos de Estados Unidos y Gran Bretaña son sumamente distintos y considerablemente complejos. Nuestros vecinos del norte nos han venido amenazando prácticamente desde que existimos como país independiente. Su hambre de territorio los llevó a anexarse Texas y a obligarnos a vendernos la mesilla. Nos invadieron y fueron sumamente crueles y sanguinarios; sin embargo, milagrosamente Peña y Peña logró mantener nuestra, cuestionable, soberanía nacional. Si bien es cierto que los ingleses nos defendieron (medianamente) durante este episodio, sabemos que lo hicieron únicamente por intereses económicos. Verá usted, desde que Iturbide fue emperador, contrajimos un adeuda con los Británicos que ha venido creciendo de forma incontrolable. Fueron el primer país en reconocernos, pero sólo lo hicieron porque querían comerciar nuestras materias primas. Lo más triste del caso es que su mayor empresa en México, Real del Monte, se encuentra en serios conflictos económicos. Para bien o para mal, les interesan mucho nuestras materias primas. Esto es principalmente lo que los incitó a ayudarnos cuando estábamos en conflicto con los franceses.
P: Habla usted, don Jaime, de la invasión a Vercruz, ¿cierto?
J: Bueno, en el asunto veracruzano fue en el que más se involucraron los ingleses; sin embargo, nuestras relaciones con Francia siempre fueron conflictivas. Comerciaron, durante nuestros primeros años de existencia, con nosotros “abajito del agua”. Esto porque no querían reconocernos como nación. Cuando finalmente lo hicieron, acapararon el comercio y, ante las crecientes barreras que les impuso nuestro gobierno, nos invadieron. Cuando finalmente mandaron a un ministro, éste resulto ser un inútil prepotente. Son intratables.
P: ¿Rechazan los mexicanos, entonces, todo lo francés?
J: ¡Para nada! La moda, las ideas, la arquitectura, el arte... todo lo francés está de moda.
P: Eso resulta sorprendente. Finalmente, me gustaría que me diera su opinión en torno a la religiosidad en México. ¿Siguen siendo católicos?
J: ¡Por supuesto! Los primeros años de independencia fueron caóticos porque el vaticano se negaba a nombrar obispos; se rumoraba que Fernando VII ejercía presión para que esto no sucediera. Sin embargo, a la llegada de Gregorio XVI esto cambió (gracias a Dios).
P: Le agradezco inmensamente, don Jaime. Le deseo muchísima suerte, ya que los años venideros no serán nada sencillos.


Temas/País
México
Estados Unidos
Gran Bretaña
Francia
España
Vaticano
Tema de mayor interés
Ser reconocido como país independiente
Continuar con su expansión territorial
Cobrar los prestamos hechos y consolidar rutas comerciales
Obtener ventajas y concesiones comerciales favorables
Recuperar el territorio de la Nueva España, mediante conquista o dominio de la dinastía borbónica
Vigencia del Patronato Regio y nombramiento de obispos. Bajo presión por parte de la corona española
Método de presión
Diplomático, legalista y comercial
Militar, argumentan que Texas es un Estado independiente
Militar y financiero
Militar, especialmente con la estratégica invasión a Veracruz
Diplomático, dado que se niegan a reconocer la independencia de México y religioso, puesto que evitan que el Vaticanos nombre obispos.
No nombran obispos hasta 1831
Dimplomacia
Digna y respetuosa
Conflictiva, sobretodo durante conflictos armados
Digna y respetuosa
Sumamente conflictiva. En especial durante la estancia del barón Alleye de Cyprey, un prepotente diplomático francés. Hay múltiples rompimientos
N/A
Hay de todo. Desde Calderón de la Barca y Pascual de Oliver- diplomáticos encantadores y respetuosos de la soberanía de México- hasta Bermudez de Cástro- ministro que no podía disimular su desagrado hacia los mexicanos y que se vio involucrado en un golpe de Estado.


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