Entrevista (imginaria) a Porfiro Díaz
del texto "La reconstrucción de la república" de Antonia Pi-Suñer
Entrevistador(E)- Buenas tardes. En esta ocasión tenemos con nosotros a Don Porfirio Díaz para hablar acerca del período conocido cómo "república restaurada" que va de 1867 a 1876. En términos generales, ¿que nos puede decir acerca de estos años?
Porfirio Díaz(PD)- Pues fueron años contradictorios. Los liberales llevábamos años luchando en contra del gobierno de Maximiliano y acabábamos de derrotarlos; sin duda, había triunfalismo en el aire. Por otro lado, la extraña y heterogénea alianza liberal se desmoronaba poco a poco. Yo, y me enorgullezco de decirlo, encabecé uno de los principales movimientos anti juaristas.
E- ¿A que se debió esta oposición al otrora líder liberal Juárez?
PD- A Juárez se le pasó la mano. Sus incipientes intentos de centralizar al país me llevaron a enfrentarlo electoralmente en 1871, junto con Lerdo de Tejada. La elección estuvo tan cerrada que el parlamento acabó siendo la última instancia y, naturalmente, favoreció a Juárez. Este resultado fraudulento fue lo que me llevó a levantarme en armas con la fallida revuelta de La Noria. Lo bueno fue que poco después, en juñio de 1872, falleció Juárez.
E- Y, como sabrá nuestra audiencia, subió Lerdo de Tejada. ¿Qué opinión le merece su administración?
PD- Mediocre y decepcionante. Asumió el poder pareciendo un político intachable, pero su política anticlerical se hizo visible al poco tiempo. No en balde le llamé, desde un principio "jefe del partido conservador". Se aseguró de que Iglesias asumiera la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, desplazándome a mi. Por eso, cuando José María propugnó su "teoría de la legalidad" y declaró inconstitucional la administración lerdista me alegré mucho. Cuando me levanté en contra d Lerdo, de hecho, intenté aliarme con iglesias; él me rechazó una y otra vez. Por eso, una vez que mi victoria era indiscutible después de la batalla de Tecoac, se vio obligado a irse a Estados Unidos.
E- Fuertes declaraciones hace usted, Don Porfirio. Por último, quisiera que me dijera, desde su punto de vista, cuáles fueron los problemas más severos que enfrentaron Lerdo y Juarez.
PD- Fácil respuesta. El principal problema fue el hacendario: ambos querían nivelar ingresos y egresos al tiemo en que pretendían modernizar al país. Sin embargo, no podemos dejar de lado que la búsqueda de una identidad nacional los llevó a desarrollar numerosos centros culturales y educativos. Finalmente, vale la pena mencionar que, diplomaticamente, México quedó muy marginado como consecuencia del gobierno imperial que instauró Maximiliano con ayuda de Napoleón III. Al final del día, Lerdo y Juarez destacan por no haber logrado ni la mitad de lo que yo logré en estos aspectos.
E- Y con eso nos despedimos. ¡Muchas gracias!
Entrevista (imaginaria) a Ignacio Ramirez
Entrevistador (E)- Nos encontramos hoy con Don Ignacio Ramírez, ilustre periodista y académico. ¡Bienvenidos! Para comenzar, quisiera preguntarle, Don Ignacio, ¿cuál le parece que es el principal mal de su tiempo?
Ignacio Ramírez (IR)- Muchas gracias. Pues, sin duda alguna, el paternalismo estatal. Estoy totalmente en contra de aquellos que piensan que el Estado está obligado a garantizar el empleo de su población o a proteger su industria nacional induciendo distorsiones económicas severas.
E- Esa es una postura, podríamos decirlo, radical. ¿Cómo la fundamenta?
IR- ¡Esta es la tendencia de las naciones industrializadas! ¡Este es el modelo francés, inglés y norteamericano! Nadie ha sido capaz de encontrar, teórica o prácticamente, una forma en que el gobierno asegure el libre empleo distinta al liberalismo.
E- ¡Eso es sumamente interesante! Por último, quisiera que me contara un poco su postura frente al libre comercio.
IR- Entiendo muy que las tarifas arancelarias han sido la mejor fuente de ingreso fiscal que recibe nuestro gobierno; sin embargo, estas resultan excesivas. La existencia de productos extranjeros no nos perjudica en sí misma y tampoco nos perjudica siendo vendida al interior del país. Por el contrario, nos otorga enormes prerrogativas como consumidores que de otra forma no tendríamos. ¡Me parece absurdo que muy pocos lo entiendan!
E- Resulta, por decir lo menos, increíble.Esto ha sido todo, muchas gracias por acompañarnos.
Entrevista (imaginaria) a José María González y González
Entrevistador(E)- Nos encontramos hoy con Don José María González y González, conocido periodista defensor de las causas indias y obreras. Quisiera comenzar esta entrevista con la siguiente pregunta: ¿por qué defiende usted estas causas?
José María (JM)- Qué tal. Pues la respuesta es muy simple: defiendo estas causas porque, desde la revolución de independencia, estas han sido sistemáticamente dejadas de lado. La única revolución verdaderamente social fu aquella que derrocó al dictador Santa Anna y nos trajo la Constitución del '57 y, con ella, la democracia. Sin embargo fuimos traicionados y manipulados una y otra vez después de haber obtenido esta preciada victoria.
E- Entonces, por lo que entiendo, promueve usted el comunismo ¿no?
JM- ¡Para nada! Lo que yo, nosotros, exigimos no es más que un México sin proletarios. Un México en el que todas las personas reciban la misma educación y no importe más que su capacidad. Un México que recuerde que las que hou son cunsideradas clases inferiores jamás han recibido una auténtica oporunidad para desarrollarse. Queremos, en fin, un México autenticamente democrático.
E- Sus exigencias parecen ser muy válidas. ¿A que le adjudica usted que éstas no hayan sido, aún, satisfechas?
JM- Como lo he mencionado, las clases obreras han sido simplemente olvidadas desde la Independencia. Aquellos ostentando el poder se han dedicado, únicamente, a engañarlos y manipularlos con falsas promesas y lindos discursos. Sin embargo, este sistema de explotación ha llegado a su fin. Estoy seguro de que, mediante la reforma de las sociedades mutualistas que se han ido multiplicando paulatinamente, las causas obreras serán dignamente representadas.
E- Para terminar, cuéntanos un poco en que consiste esta reforma a las sociedades mutualistas.
JM- Es, en realidad, muy sencillo. Se trata únicamente de organizarlas mejor y de otorgarles un mayor conocimiento socialista del que ahora gozan. Estoy seguro de que estos pequeños cambios podrian revolucionar el país en que vivimos